El miedo por los adelantos extiende sus garras a lo largo del tiempo y el espacio. A día de hoy, a pesar de las numerosas pruebas existentes al respecto de la seguridad de cocinar en el microondas todavía hay quien no se fía de esta herramienta. Pero como ya hemos explicado en otras ocasiones, no existe prueba alguna para pensar que este tipo de hornos provoque ningún tipo de modificación perniciosa para los seres humanos. Ni tan siquiera existen pruebas de que haya una reducción nutricional que justifique el miedo que se le profesa en ciertos círculos. Pero, no todo lo que reluce es oro. Porque existe una preocupación relacionada con los microondas que bien podría estar justificada. Hablamos de los plásticos.
Los plásticos y el microondas
Veamos. El microondas, como hemos comentado otras veces, utiliza emisiones controladas de ondas de pequeño tamaño (y mucha energía) para hacer "vibrar" los átomos de agua y así calentar los alimentos. Estas ondas no tienen energía ni capacidad de modificar los alimentos más allá de lo que les permite el calor. Por tanto no suponen más que un calentador de por sí. Ahora pensemos en la manera que tenemos de cocinar en el microondas. Por su rapidez, solemos poner los alimentos en bandejas de plástico o similares. También empleamos "tuppers" o alimentos envueltos con film. Es en tal caso cuando surge la duda. Porque no todos los plásticos están preparados para cocinar en el microondas. La razón se encuentra en la llamada migración de compuestos.
Cuando ciertos plásticos se calientan a unas temperaturas determinadas, normalmente por encima de los 100ºC, estos pueden exudar compuestos procedentes de su tratamiento o descomposición. Dichos componentes en ciertas concentraciones pueden resultar tóxicos. Esto se debe a que dichos componentes "migran" del contenedor al alimento, donde pueden almacenarse y alcanzar concentraciones perjudiciales para la salud.
es conveniente cocinar más tiempo pero a menos potencia, evitando las altas temperaturas que serán más agresivas para el material. Por otro lado, es mejor si no usamos la tapa, a no ser que esta sea específica para cocinar en el microondas. Muchas de estas están hechas de otro material más maleable y de color, pero que no resiste tan bien el calor. Otro detalle importante es no usar bolsas que no hayan sido específicamente diseñadas para el microondas. Estos plásticos son más delgados y, normalmente, más susceptibles al calor. Así que en definitiva, cocinar en el microondas en envase de plástico es seguro siempre que usemos los recipientes preparados para ello y, además, siempre que tengamos en cuenta que es el calor, en realidad, el causante de su toxicidad.
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