El marketing ha sido definido por la American Marketing Association como “el
proceso de planear y ejecutar la concepción, fijación de precios, promoción y
distribución de ideas, bienes y servicios para crear intercambios que satisfagan los
objetivos individuales y organizacionales”.
El marketing, por lo tanto, está interesado en estudiar los procesos de intercambio
entre las partes implicadas (consumidores y empresas) y en facilitar los medios
adecuados para que éstos se produzcan.
Como la propia definición indica, el término de marketing hace referencia a algo
más que a vender productos y servicios. En este sentido, la venta es un proceso
unidireccional cuyo objetivo es que el cliente demande lo que la empresa oferta. El
marketing, por el contrario, se entiende como un proceso bidireccional, es decir, se
trata de que la empresa ofrezca lo que el cliente desea.
Por tanto y con relación a lo comentado en el párrafo anterior, el marketing es una
actividad a largo plazo que exige disponer de información sobre las necesidades y
deseos de los clientes, pero sin olvidarse del entorno competitivo en el que opera la
empresa.
Por otra parte, la gestión de la actividad de comercialización desarrollada por una
empresa constituye lo que se denomina dirección de marketing (marketing
management), que incluye el análisis de la situación de mercado a través de
técnicas y métodos de investigación comercial, así como el diseño, ejecución y
control de estrategias para alcanzar los objetivos.
Las variables del marketing
Para diseñar estrategias de marketing, el emprendedor o empresario dispone de
unos instrumentos básicos, que ha de combinar adecuadamente, con el fin de
conseguir los objetivos deseados. Estos instrumentos del marketing pueden
resumirse en las cuatro variables controlables del sistema comercial (las
denominadas “4P”):
- Product: Producto
- Price: Precio
- Place: Distribución/ logística
- Promotion: Venta personal, marketing directo, publicidad, relaciones
públicas y promoción de ventas.
Estos instrumentos se consideran “controlables” porque pueden modificarse. Sin
embargo, las modificaciones sólo son posibles dentro de unos límites. Si los precios
están regulados de alguna manera, no podrán alterarse con absoluta libertad. Las
variaciones en las características de los productos (calidad, tamaño, prestaciones,
color, etc.) suelen ser costosas de realizar. El sistema de distribución utilizado
puede ser prácticamente imposible de cambiar. Por último, los métodos de
promoción llevados a cabo (medios de comunicación, mensaje difundido, imagen,
etc.) llegan a identificar a la empresa y habituar al mercado, por lo que cambiarlos
resulta a veces muy difícil. Aún con estas limitaciones, toda acción de marketing
debe apoyarse sobre estos cuatro instrumentos, como se muestra de forma
resumida en la figura que aparece a continuación:
El producto y la distribución son instrumentos estratégicos a largo plazo, por cuanto
no se pueden alterar de modo inmediato y su utilización debe ser
convenientemente planificada. El precio y la promoción, en cambio, son
instrumentos tácticos que, dentro de las limitaciones antes apuntadas, pueden
modificarse con facilidad y rapidez.
Desde el punto de vista del consumidor, las 4P del marketing se convierten en las
4C siguientes:
- Producto: Valor para el Cliente
- Precio: Coste
- Distribución: Conveniencia, comodidad
- Promoción: Comunicación
A estos instrumentos clásicos del marketing se han añadido, desde la óptica del
marketing de servicios, otras tres “P”: People (personas), Processes (procesos) y
Physical evidences (evidencias físicas). Se pasa, por tanto, de las 4P a las 7P. La
prestación del servicio depende, por lo general, de personas. La interacción que se
produce entre el suministrador del servicio y el cliente es básica para la satisfacción
del usuario del servicio. El proceso de prestación de los servicios se efectúa ante el
cliente y está menos estandarizado que el de producción de bienes, por lo que está
sujeto a variaciones en la calidad y requiere un mayor control. Finalmente, al ser
intangibles los servicios, cualquier evidencia física que acompañe a su prestación
puede favorecer la percepción de su calidad.
¿Qué es un plan de marketing?
Existen múltiples definiciones que intentan dar respuesta a esta pregunta. La
formulación que a continuación se presenta es la que, en mayor medida, refleja las
tres características básicas que debe reunir un plan de marketing:
“El plan de marketing es un documento escrito en el que de una forma sistemática
y estructurada, y previa realización de los correspondientes análisis y estudios, se
definen los objetivos a conseguir en un período de tiempo determinado, así como
se detallan los programas y medios de acción que son precisos para alcanzar los
objetivos enunciados en el plazo previsto” (Sanz de Tajada, L.A., 1974).
De este modo, todo plan de marketing ha de:
- Ser un documento sencillo
- Poseer un contenido sistematizado y estructurado
- Definir claramente los campos de responsabilidad y establecer
procedimientos de control
Este documento se caracteriza por poseer un contenido sistematizado y
estructurado. En efecto, el plan de marketing:
- Precisa de la realización de ciertos análisis y estudios, dado que deberá
describir la situación del pasado y del presente para, basándose en ella y
como consecuencia del análisis dinámico del mercado, deducir las
oportunidades y problemas que se le puedan presentar a la empresa.
- Indica los objetivos de marketing que la empresa se fija para un
determinado período de tiempo, tanto desde el punto de vista cuantitativo
como cualitativo.
- Desarrolla las estrategias a seguir, esto es, cualquier cauce de acción que
desde el punto de vista de disposición o dosificación de medios se juzga
razonable y posible de aplicar para alcanzar los objetivos de marketing
especificados en el plan.
- Detalla los medios de acción que, siendo consecuentes con la estrategia
elegida, habrán de emplearse para conseguir los objetivos propuestos en el
plazo previsto. Ello implica la especificación de un plan de acciones detallado
sobre productos, precio, publicidad, promoción, ventas, distribución, etc.
- Traduce los objetivos y planes de acción en términos de costes y
resultados. Por tanto, habrá una cuenta de explotación previsional en la que
se detallarán los ingresos esperados, los gastos programados y el beneficio
o margen de contribución previsto, según los casos.
Otro rasgo distintivo del plan de marketing hace referencia a que se han de definir
claramente los campos de responsabilidad y establecer procedimientos de control.
Ello implicará la cuantificación previa de los objetivos a alcanzar; la información,
comparación y explicación de las desviaciones que se vayan produciendo y, en
último término, la adopción de medidas correctivas que palien las desviaciones
observadas.
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